El bosque como elemento común del pasado y del presente. El bosque, la caza, hábitat natural de los hombres de todos los tiempos.
Un volumen de bosque para el museo del Neandertal. Volumen definido por las hojas de los árboles; espacio de penumbras, de luz tamizada a través de las hojas.
Dentro de este cofre (bosque) petrificado, fosilizado, el mundo del Neandertal del museo.
A través de un volumen claro y sencillo, que aprovecha la máxima dimensión edificable de la parcela, buscando la máxima presencia desde la carretera de acceso, se propone un edificio con unos cerramientos de fachada estampados en hormigón blanco en referencia al lugar, bosques de castaños y robles, a través de sus hojas. Bosque petrificado.
Idea de conexión con el tiempo pasado, de permanencia y durabilidad.
Un edificio de fachadas de hormigón con hojas estampadas, ciego, que se convierte en celosía, a través de los huecos entre las hojas en determinadas zonas del interior, que deja pasar la luz, en referencia a la luz interior de los bosques. Luz y sombra de bosque. Cofre mágico.
MEMORIA DEL CONCURSO
Se propone un edificio sencillo y cerrado al exterior, que busca una imagen singular en su forma y tratamiento de la superficie de los cerramientos. La parte baja de encuentro con el terreno se propone acristalada para la entrada al museo y a las zonas de público sin colecciones. Esta solución produce un efecto de separación entre el edificio y el terreno, en referencia a las construcciones de los hórreos.
Coincidiendo con los espacios del vestíbulo de entrada, la tienda, el salón de actos y zona de descanso y cafetería, el muro ciego de la fachada se convierte en celosía, dejando pasar la luz al interior de estos espacios a través de las hojas; también se podría tratar como celosía el muro orientado al sur de la sala de exposiciones temporales.
El agua también está presente a través de una lámina de agua en la base de la fachada principal, que la recorre en toda su longitud. Presencia de este recurso natural y reflejo del edificio en el agua. En las dos escalas de percepción, en la proximidad al edificio, éste cambia de dimensión al duplicar su altura cuando se refleja en la lámina de agua.
El edificio, con 176 metros de largo, aprovecha al máximo la dimensión edificable de la parcela. En los extremos, en planta baja incorpora el espacio exterior, que con distintos tratamientos se incorpora al interior del museo dando lugar a una secuencia de espacios que enriquecen la transición entre el interior y el exterior (espacios cubiertos, semicubiertos, al aire libre).
A este volumen del museo (espacios públicos con colecciones y sin colecciones) se adosa por la parte posterior otro edificio más bajo, también de hormigón blanco, pero con un tratamiento liso, donde se ubican las dependencias de los espacios internos con colección y sin colección. Ambos edificios son paralelos y dejan un patio interior, con una vegetación cuidada a base de bambú u otra planta de la zona, como hortensias, que tamiza la relación visual a través de las ventanas de las dependencias de los dos edificios de esas zonas.
Los dos edificios quedan integrados, a la misma cota, y con accesos independientes.
Aprovechando la diferencia de cota entre la zona de la entrada y la posterior, el acceso al museo se realiza bajando 1,50 metros, lo que permite que todas las dependencias del museo estén al mismo nivel y que el edificio del museo disponga de un zócalo en toda su longitud, en unas zonas acristalado y en otras ciego, con distinto tratamiento al de la parte superior, con un acabado de textura muy rugosa, que producirá un efecto de apoyo del cuerpo superior en la proximidades del edificio y al mismo tiempo, como si el cuerpo superior estuviese separado del terreno, en una percepción más lejana. En este zócalo, también de hormigón, se podrían incrustar reproducciones de las piezas encontradas en las excavaciones de la cueva del Sidrón, a modo de fósiles.
El motivo decorativo de la fachada se resuelve con una estampación sobre el hormigón de hojas de castaño de acabado superficial liso, en contraste con una textura más rugosa de los espacios entre las hojas para aumentar la profundidad, y que en las zonas citadas anteriormente se convierten en huecos por donde pasa la luz cuando se convierte en celosía. La estampación se puede realizar directamente en la obra con moldes de resinas y fibra de vidrio recuperables.
La disposición de las zonas ajardinadas se resuelve con una geometría que se apoya en la forma de la planta de los edificios a base de franjas horizontales. También la lámina de agua tiene esta geometría longitudinal. La vegetación se resuelve con zonas de césped y plantas bajas tipo aromáticas, ordenadas para reforzar la geometría y las trazas citadas. Solo se proyectan árboles en los extremos del edificio del museo, con el fin de que sirvan como telones de fondo vegetales en las vistas desde las dependencias interiores. En los patios interiores entre los dos edificios se sugiere una plantación de hortensias o bambú.
Todas las dependencias del museo están al mismo nivel. Se facilita la movilidad interior eliminando barreras arquitectónicas y las salidas de evacuación al exterior.
La zona pública y la zona interna están separadas por edificios independientes, con accesos independientes que se conectan en la zona interna con colección con la sala de exposiciones temporales y en la zona del vestíbulo.
Si en el futuro se quisiese ampliar la zona de exposición permanente con una entreplanta, se instalaría una escalera y ascensor para acceder a ésta, situada al final del recorrido de esta sala.
No se proyectan sótanos. Al estar todas las dependencias al nivel del terreno no hay limitación de cargas para los recursos expositivos. La réplica de la cueva se podía excavar en parte directamente en el terreno.
La zona pública sin colección está dispuesta de tal forma que se puede acceder a estas dependencias fuera del horario del museo. Esta zona es de fácil acceso y muy clara en sus recorridos.
La organización espacial de las dependencias, con zonas de separación acristaladas y la disposición longitudinal, permiten una relación visual entre todas las dependencias y unas amplias perspectivas interiores que facilitarán el control y la vigilancia.
Desde la zona de recepción del vestíbulo del museo se controlan las dependencias de las zonas públicas sin colecciones, la entrada a las zonas internas del museo, a la sala de exposiciones temporales y la entrada a la sala pública con colección permanente, a la que se accede con puertas de entrada y salida independientes.
Se propone un edificio de muros de hormigón blanco exteriormente estampado, cerrados y con cerramiento en celosía en las zonas ya citadas. Vigas de hormigón cada tres metros, que pueden ser prefabricadas, que singularizan los espacios interiores. Entre estas vigas se disponen vigas falsas de la misma dimensión para las instalaciones (aire acondicionado, electricidad, iluminación, incendios, etc.), lo cual permite todo tipo de distribución de las luminarias y salidas de aire acondicionado.
Se proyecta un lucernario circular en el vestíbulo para singularizar este espacio y permitir la entrada de luz natural a esta zona.
Pavimento continuo autonivelante de resinas en todas las dependencias.
Propuesta de museo flexible, para ajustarse al proyecto museográfico cuando se desarrolle y con posibilidad de reducirse o de crecer en el futuro (sala de exposición permanente, zona de descanso y cafetería si se quiere ampliar con restaurante, sin que afecte a la imagen que se propone).
La zona de recepción se resuelve con un espacio de gran altura, singularizado con un lucernario circular en el techo.
Control desde la mesa de recepción de todos los accesos. Contacto directo con la tienda y sala de exposiciones temporales
Gran espacio de entrada, primera imagen importante del museo, visión global del conjunto al unificarse visualmente con la sala de exposiciones temporales, con la tienda, con los pasillos laterales de acceso a la zona de descanso y cafetería y la sala de exposiciones permanentes por los laterales de las puerta de acceso y salida de la misma.
Relación visual de esta zona con la exterior de entrada al museo y patios de separación de los dos edificios.
La zona de descanso y cafetería se sitúa a la derecha del vestíbulo, al fondo. Se accede a estas zonas por dos pasillos amplios.
Posibilidad de crecer en superficie, con restaurante.
Continuidad hacia el exterior con una terraza cubierta y espacios exteriores pavimentados y verdes. Espacios con distintas posibilidades de uso, como zonas de estancia y actividades al aire libre. En esta zona se ubica el jardín temático con juegos para los niños.
Gran interés espacial de la zona de descanso y cafetería por su escala y luz tamizada, de efecto bosque producida por la celosía de las fachadas y techo abierto de vigas de hormigón.
Presencia de la lámina de agua exterior en esta zona de descanso, en las terrazas y en el pasillo de acceso.
Permite la realización de catering, cócteles, presentaciones de empresa, inauguraciones de exposiciones temporales, etc.. Puede funcionar fuera del horario del museo.
El área pública con colecciones se resuelve con un espacio contenedor que por sus dimensiones (11 metros de altura, 15.60 metros de ancho y más de 65 metros de largo) permite un recorrido de ida y vuelta y el montaje de cualquier recurso expositivo. Situada a nivel del terreno, no tiene limitaciones de cargas para los contenidos Toda la sala se encuentra al mismo nivel. Permite también excavar parte de la réplica de la cueva. Vitrinas enterradas con vidrio de seguridad para pisar.
Unidad espacial, visión de conjunto, dimensión real de toda la sala y al mismo tiempo posibilidad de recorrido por las secciones con efecto sorpresa de unas a otras.
El área interna con colecciones dispone de acceso independiente para el personal del museo. Muelle de carga y descarga con marquesina de protección. Control de entrada del personal. Superficie superior a la que se pide. Conexión directa con la sala de exposiciones temporales.
El laboratorio dispone de luz natural a través del patio interior que separa los dos edificios.
Esta zona está separada por un pasillo del resto de la zona interna sin colección.
El área interna sin colecciones se proyecta independiente, con acceso desde el exterior y también desde el vestíbulo de entrada al museo. Pasillo distribuidor, con comunicación visual con pasillo de museo situado al otro lado del patio, para acceso al área técnica administrativa, área técnica informática y al área de mantenimiento, que con posibilidad de adecuarse a las necesidades reales y de crecer, se sitúa al fondo del pasillo. Dispone de ventanas para iluminación natural y ventilación.