Local en esquina en el centro de la ciudad, en un edificio de viviendas de finales del siglo XIX. El uso anterior era de droguería. Una vez más la forma del local y la situación de los pilares exentos determina la disposición de la barra y la zona de mesas. En memoria del café que hubo en su día se plantea una solución con una estética que recuerda los cafés de antaño numerosos en la ciudad pero casi todos desaparecidos.
Se eliminan los huecos de las ventanas anteriores y se proyectan unos nuevos más amplios de guillotina que permiten en el buen tiempo su apertura y una relación directa del interior con la calle. En la esquina lugar estratégico se coloco una mesa para tertulias colectivas con un lucernario en el techo de forma elíptica como la mesa, que remarca ese punto dentro del espacio del café. La forma de la barra, su disposición, los mármoles elegidos y todos los detalles de cuidaron especialmente.
Local comercial con una superficie de 108,40 m2. El presupuesto de las obras fue de 59.500 €.